Por: María Leonor Velásquez Arango
Con preocupación leía este fin de semana la crónica de este diario con el título ‘Integración Centro-Sur baja la velocidad’; la sensación que me quedó después de leer este artículo es que hay voluntad, pero no tiempo para reunirse. Con afirmaciones como ‘el ánimo se mantiene a pesar de que la agenda propia de sus cargos les impone otros compromisos’, ‘los alcaldes deben atender muchas otras obligaciones y las actividades de la administración y comienzo de año nos llevaron a parar’, ‘le seguimos apostando a la integración… no creo que esto termine en nada’, ‘hay una decisión tácita para asociarnos, el problema es que con el día a día nadie se ha podido sentar con calma a definir’, ‘el dilema es que los alcaldes poco están al tanto de esas acciones’.
La agenda pública y también la de cada persona son el reflejo de lo que realmente se considera importante; es relativamente fácil decir que no hemos hecho algo porque no hemos podido sacar el tiempo, pero cuando algo es vital no se aplaza. ¿Será que estamos poniendo tantas prioridades que al final terminamos con lo que yo llamo ‘la lista de mercado’ que no nos permiten saber qué es lo realmente importante?